jueves, 30 de junio de 2011

UNA NORMA POR CONOCER Y OLFATEAR


El desarrollo de ciertas actividades industriales, como el tratamiento de residuos urbanos (aguas servidas y rellenos sanitarios), ha generado ciertos conflictos, entre las zonas residenciales y este tipo de actividad. En el caso de las Plantas de Tratamiento de Aguas Servidas (PTAS) el funcionamiento de sus unidades de procesos emite a la atmósfera gases odorantes, que podrían afectar a las comunidades vecinas a éstas. Estos eventos de olores están directamente relacionados tanto con el tipo de emisión como con las condiciones meteorológicas y topográficas de la zona.

Históricamente la problemática de contaminación atmosférica por olores ha seguido una curva ascendente y paralela al desarrollo industrial de un país y al aumento en la calidad de vida del mismo. Es por esto que varios países, especialmente aquellos más desarrollados como Alemania, España, Japón, Holanda y Estados Unidos, han implementado normativas para el tema de emisiones de olores, cada uno con diferentes enfoques regulatorios. En el ámbito nacional, Chile carecía de un cuerpo normativo que regule el tema en forma general. En el año 1999, debido a la problemática de la producción de celulosa, fue pronunciada la única regulación específica, el D.S. Nº 167 “Norma de Emisión para Olores Molestos (Compuestos Sulfuro de Hidrogeno y Mercaptanos: Gases TRS) asociados a la fabricación de Pulpa Sulfatada” del Ministerio Secretaría General de la Presidencia de la República. Esta norma regula la emisión de sustancias que causan malos olores derivados del proceso Kraft o al sulfato.

En este momento, se encuentra recientemente aprobada la Norma Chilena NCh 3190:2010 “Determinación de la concentración de olor por olfatometría dinámica”, siendo esta la homologación de la norma europea EN 13.725:2003, medida en base a Unidades de Olor (UOE).

Existen variadas herramientas de medición de olores, las cuales se dividen en dos métodos: analíticos y sensoriales. Dentro de los métodos analíticos se puede mencionar la Cromatografía de gases, Sensores Piezzoélectricos (Narices Electrónicas), Tubos Colorimétricos y sensores electroquímicos, entre otros. Entre los métodos sensoriales, los principales a señalar son la psicometría, inspecciones de campo, olfatometría de campo y la olfatometría dinámica.

La norma basada en el método de la olfatometría dinamica, el cual se ha convertido en uno de los métodos más utilizados y confiables para la realización de un estudio olfatométrico, se distinguen cinco fases:

FASE I: determinación de las fuentes relevantes de olor y toma de muestras representativas de las mismas.

FASE II: análisis de las muestras.

FASE III: cálculo de las emisiones de olor de cada fuente (Unidades olor/m2 hr).

FASE IV: cálculo de los niveles de inmisión en los alrededores (simulación por medio de modelos dispersión de contaminantes).

FASE V: determinación de posibles medidas a adoptar.

Dentro de las herramientas existentes para la evaluación espacial, se encuentran los modelos de dispersión de contaminantes atosféricos. Estos modelos se han convertido en la herramienta más recurrente y eficaz para la predicción de dispersión de olores en un periodo de tiempo y superficie determinada, por consiguiente, entrega los niveles de inmisión entorno a una zona.



Por otro lado, y no menos importante, especifica el que los panelistas deben ser seleccionados con n-butanol gaseoso, para lo cual se requiere de un olfatómetro. Este requisito, se ha incluido también como obligatorio en la metodología VDI 3940:2006 "Medición de olor al aire ambiente".

Esta metodología es la que se ha implementado en Europa, Australia, USA y Canadá, entre muchos otros, y ha sido homologada a la nomenclatura local, al igual que en Chile como NCh3190.

Aporte Maritza Barrera Curihuentro

Referencias: BARRERA, M. 2010. APLICACIÓN DEL MODELO ISC- AERMOD PARA LA ESTIMACIÓN DE DISPERSIÓN DE OLORES. CASO ESTUDIO: PLANTA DE TRATAMIENTO DE AGUAS SERVIDAS LA FARFANA. Memoria de Título Ingeniera en Recursos Naturales Renovables. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Agronómicas. Santiago, Chile.